Durant l’acte Jesús M Tibau va llegir el conte per a tots els assitents.

El 12 de abril de 2014, presentábamos el Celler la MISTELA JOVEN 2013. Una nueva versión de nuestra mistela tradicional.

Jesus M Tibau, escritor local afincado en Tortosa, dedicó un cuento, escrito e inspirado en este vino de postre: Con sabor a cereza en los labios.

Hoy lo compartimos para recordarlo y para que podáis disfrutar!

Hace mucho tiempo, un bancal de viña de mi pueblo, ligado a la ladera con un margen de piedras sabiamente trazado. Mira el paisaje que, por qué no, ha sido pintado sólo para el disfrute, en buena compañía, si puede ser. Pero, en realidad, la viña y el paisaje se miran mutuamente, en un dulce e interminable cortejo. Montsant levanta delante con una omnipotencia cercana, de roca amiga, y cuando la ladera se gira hacia el este, las Gritella asoman y la obsequian con una alabeadas.

A pesar de parecer un cuento, no son duendes los que miman las cepas, sino la experiencia de unos dedos que acumulan sabiduría. Las cepas parecen ásperas por fuera, pero sólo es el disfraz que esconde un zumo de miel, amable, que no empalagoso. Gatolls de garnacha tinta llenan las manos, pequeños mundos que cobijan unos a otros, que encuentran en la proximidad la fuerza que los une.

Érase una vez …, pero no mucho, porque el vino que en nace es joven, y fresco. Osado como el amor, tiene prisa por ponerse a correr, y le hace reparo la idea de envejecer. Anhela vivir, y reír, y devolverle al sol su luz.

La luz, como recuerdan la luz de aquel día! La pareja de jóvenes detuvo el coche a media carretera y, impulsivamente, como un juego, entraron camino adentro a descubrir un nuevo mundo, no estrenado todavía, porque cada paso en la vida inicia el paso siguiente. Dejaron el coche en una pequeña explanada y siguieron a pie, valientes y osados ​​conquistadores entre risas, entre pequeñas flores silvestres sembradas expresamente. Caminaron un rato, no mucho, y embrujados por la luz, al abrigo de un margen que imaginaron lleno de historias, se hicieron una foto con las viñas por decorado que, inmediatamente, colgaron de cabecera de su muro, de su recuerdo. Salen riendo, por las cosquillas en la boca de un grano de uva, por la gota que resbala y que, cazada por un dedo, se deposita en la punta de la nariz, por el vuelo de un insecto juguetón, y por muchas otras cosas . Y el bancal de viña río por dentro, sin perder la compostura; y los almendros.

Tiempo será tiempo, un año después, volverán al recuerdo de aquella luz, de aquel sabor amable que enriquecen cada día. Un vaso de mistela a medias impregnará de dulce un beso, con sabor a cereza en los labios.

Amb gust de cirera als llavis
Marzo de 2014, Jesús M. Tibau

Imágenes del acto de presentación de la Mistela Joven