Pasados unos días del ritmo frenético de la vendimia, poco a poco la tranquilidad se instala de nuevo en la bodega. Ha sido una campaña difícil, básicamente por dos motivos: por un lado, la poca calor del verano ha hecho que la maduración retrasara, y por otro, las lluvias que han caído (poco abundantes pero seguidas) lo han hecho cuando la uva ya estaba prácticamente madura, lo que nos ha obligado a ser más estrictos a la hora de seleccionarla.
A estas alturas, los blancos y los rosados están en proceso de fermentación.
En cuanto a los negros, una de las tinas ya está prensada y en breve vamos a prensar dos más, que ahora tenemos macerando. Paralelamente tenemos dos depósitos pequeños de viñas seleccionadas (una de cariñena y la otra de garnacha) que entraron a finales de campaña y aún están a media fermentación.
Además, tenemos dos tinas más, una de garnacha y cariñena, y la otra de garnacha y cariñena seleccionada, de la que vamos a elaborar el Castell de Siurana “Selecció de Costers”.
Este año también hemos hecho mistela. Hemos elaborado unos 1.400 litros a base de garnacha y cariñena. Después de cuatro días fermentando añadimos el alcohol y bajamos la temperatura para parar la fermentación. En breve la repartiremos: una parte en barricas para que envejezca y así obtener la Mistela propiamente dicha, y la otra parte, el resto, en depósitos donde reposará hasta ser embotellada a mediados de marzo para obtener la Mistela Joven.
Finalmente, la última variedad de uva que ha entrado en la bodega estos días, ha sido la garnacha roja, vendimiada en la zona de las Parellades, que se encuentra en pleno proceso de fermentación.