El Edificio
CARACTERÍSTICAS ARQUITECTÓNICAS
La Bodega Cooperativa de Cornudella de Montsant está considerada una de las “Catedrales del Vino” que se erigieron en el territorio catalán, y muy especialmente en la provincia de Tarragona, entre los años 1910 y 1920. Estas bodegas fueron una de las representaciones más claras del modernismo y el novecentismo en las zonas rurales. La arquitectura al servicio del campesinado. Los principales arquitectos de estas bodegas fueron Pere Domènech i Roura (hijo de Lluís Domènech i Montaner) y Cèsar Martinell (discípulo de Antoni Gaudí).
Cèsar Martinell (1888-1973) pensó, para Cornudella y para otros muchos pueblos, una bodega del todo racional e innovador. Un edificio completo con gran espectacularidad arquitectónica ya la vez una enorme funcionalidad.
En la fachada principal destacamos la piedra autóctona, el ladrillo como elemento decorativo –no sólo constructivo–, cuatro aberturas bajas de ventilación, la apertura de medio punto y la magnífica zona superior con ocho ventanas romboidales a cada lado y tres centrales separadas por pilastras de ladrillo, que en la parte superior forman una celosía de ladrillo visto y decorada con baldosa vidriada policromada.
El edificio consta de una nave central coronada con una cubierta cerrada a dos aguas construida con vigas de madera y recubierta con la tradicional teja árabe. La nave puede dividirse en dos grandes plantas donde se encuentran los dos niveles de tinas. Las tinas se distribuyen, en cada una de las plantas, en hileras de sed. En total veintiocho tinas de hormigón son las que integran el proyecto original de Martinell, catorce en cada planta. Como peculiaridad de esta bodega destaca la forma pseudorectangular de las tinas del nivel superior.
En la planta inferior las tinas son cilíndricas y se encuentran situadas en el centro de la nave. Se accede por unos pasillos laterales cubiertos con arcos parabólicos o gaudinianos que arrancan desde el suelo. Estos arcos y la bóveda catalana que los separa son los que soportan el peso de las tinas superiores.
Conviene destacar aquí también las partes más importantes de una arquitectura muy funcional. En primer lugar, las aberturas de ventilación, a fin de que se puedan expulsar los gases nocivos producidos con la fermentación y también para que ésta se dé a la temperatura idónea. Y por último, el ingenio de hacer que la mayor parte de los procesos se realicen por decantación, es decir, por gravedad.