A finales del siglo XIX el pueblo de Cornudella de Montsant, como otros muchos, se vio afectado por la plaga de la filoxera. Esta plaga era muy perjudicial para los viñedos y causaba su muerte. Con la llegada del insecto, muchos agricultores y jornaleros tuvieron que dejar el campo y emigrar hacia los núcleos industriales del momento, Barcelona y, muy especialmente desde Cornudella, Sabadell. La despoblació durant aquells anys va ser molt acusada al poble i a la comarca en general.

Los cornudellenses que decidieron quedarse tuvieron que hacer frente a muchas dificultades y lo hicieron cooperando entre sí. Las primeras décadas del siglo XX fueron unos años en los que el asociacionismo y el cooperativismo tomaron fuerza en el pueblo y en todo el país.

La Bodega Cooperativa de Cornudella de Montsant se empezó a construir en 1919 a iniciativa de la Sección Vinícola del Sindicato Agrícola y Caja Rural de Ahorros y Préstamos del Priorat. Los miembros de este sindicato contrataron al joven arquitecto Cèsar Martinell para iniciar la construcción de la bodega, que finalizó en 1922.

Fueron tres años de trabajo durante los cuales muchos campesinos, cuando terminaban su trabajo en el pedazo, contribuían a la construcción de la bodega. Los recursos eran escasos y todo el mundo tuvo que poner de su parte. Sin embargo, con la creación de la bodega los campesinos tenían una herramienta más para poder superar la sacudida de la filoxera. Y es que, uniendo cosechas y esfuerzos, podían esperarse mejores beneficios.

La Bodega Cooperativa de Cornudella de Montsant se ha dedicado desde sus inicios y hasta la actualidad a la elaboración y venta de los dos productos principales de nuestras tierras, el vino y el aceite. Después de más de cien años de historia han sido muchos los cambios que se han producido, pero, sin embargo, el pueblo puede presumir todavía de haber mantenido el legado dejado por las generaciones pasadas y de haberse sabido adaptar a los nuevos tiempos.